Como veis, hoy arranco una nueva sección, que sí, es importante, y de cara a conseguir ese smart training, pues hay que comer lo que el cuerpo necesita.
El problema suele ser confundir placer con necesidad, pero cuánto cuesta adoptar esa frontera, eh?
En mi caso, respeto bastante la pirámide nutricional, con una base mayor si cabe de hidratos de carbono que lo normal.
El desayuno siempre son cereleares varios y abundantes, tostadas, fruta y/o leche o yogurth (sobre todo cuando toca dormir fuera y el desayuno es a mesa puesta!!). Se puede decir que en los desayunos me pongo las botas de lo que sea, cantidad abundante.
Las comidas casi siempre son plato único pero en cantidad de ensalada de pasta o arroz o similar. Aquí confluyen dos términos interesantes, sencillez a la hora de prepararse la comida (me la cocino yo) y también interés en cuanto a aporte para el deporte.
Cuando como fuera, intento que el primer plato sea verdura o pasta y el segundo que sea pescado.
El postres es sagrado, chocolate, helado, ... algo dulce, por ahí no paso, es mi debilidad, y no me corto un pelo. A veces en lugar de comer mucho, parte la comida en dos, una antes a medio día y otra a base de merienda antes de cenar.
La cena suele ser algo ligera, con poco aporte de hidratos.
Los fines de semana suele tocar más carne y también más porquerías (empapuzantes, snacks o como les quiera llamar cada uno, tampoco me corto).
Hay varias teorías para afrontar las semanas de la competición en cuanto a la nutrición. Eso en otro post, y dejaré para un tercero, la comida del día d (en función de la hora de la carrera).
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